Ojo de oro

Esta superestrella errante de los ríos es una captura muy apreciada por quienes saborean religiosamente su preciada carne y esperan con impaciencia su llegada anual. Todos los años, pescadores entusiastas se reúnen habitualmente en los puntos calientes de Manitoba. Como en una seductora peregrinación de pescadores, se entregan a las generosas oportunidades que estos pequeños y llamativos depredadores ofrecen con tanto gusto.

Conectar con un banco amontonado de goldeyes hambrientos es el ejemplo por excelencia de un frenesí épico de alimentación. Lance tras lance, puede encontrarse con una picada voraz, un salto espectacular y una enérgica carrera. Igualmente entretenido es el método de pesca convencional, que exige una concentración inquebrantable en la inmersión instantánea de una boya a la deriva. Una experiencia visualmente estimulante adorada por pescadores de todas las edades y ampliamente reconocida como un pasatiempo popular en Manitoba.

El lucioperca se pesca habitualmente en varias pesquerías fluviales muy conocidas de toda la provincia. Cuando la pesca del patudo está en su punto álgido, a menudo se obtienen peces de más de 16 pulgadas.

La pesca del patudo es muy popular durante los meses de julio, agosto y septiembre.

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